Ilustración de Cecilia Carlstedt
En toda sociedad nos miramos los unos a los otros... nada mal, es lo necesario, ahora el problema es con que ojo estamos mirándonos. Juicio? Prejuicio? Envidia? Amistad? Sinceridad?...
Se hace muchas veces más fácil, y más relajante, hablar del de al lado que de nuestros propios rollos, que son de hecho los más difíciles de enfrentar si es que muchas veces nos damos la lata mental de hacerlo.
Escuchar en serio y aconsejar teniendo nuestros problemas, inseguridades, frustraciones, vacíos y felicidades claros y en orden (darnos el tiempo para hacerlo) es el principal desafío. Si tenemos nuestros "rollitos" en su lugar no hay espacio para tanta opinión... a veces no necesitamos tanta opinión, sino más una oreja amiga que nos entienda sin juzgar.
Descubrirnos como seres únicos e irrepetibles conviviendo en un mar de personas únicas e irrepetibles... entender desde ahí que no hay entorno o envase que pueda importar más que lo que tenemos para decir.
Saber que la única manera de conectar realmente es detener la cabeza y concentrarse en el otro por un rato. Nada mejor.
martes, 19 de julio de 2011
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