Por @danischiaffino
El finde recibí una llamada que me sorprendió, era una amiga con la que tuve mil aventuras cuando éramos unas adolecentes mal portadas, aperradas por la vida siguiendo a nuestra banda favorita sin importar lo lejos y escondido que quedara el sucucho donde tocarían. Caminábamos de noche sin miedo a nada, nos sentíamos unas cabronas invencibles.
Me llama y me cuenta que está soltera, que después de casi 5 años volvía a la soltería y qué mejor que celebrarla, si para que andamos con cosas, no es tan malo estar soltera, te mandas sola, no le das explicaciones a nadie y piensas solo en ti a la hora de elegir dónde ir.
Así que entre un exaltado griterío de emoción logramos ponernos de acuerdo para salir. A pesar que ya tenemos más años seguimos siendo las mismas, nos arreglamos dispuestas a matar, maquillaje perfecto, tenida interesante, pelo suelto y taco alto!
No íbamos dispuestas a pinchotear con algún chiquillo desconocido, solo queríamos bailar entre nosotras tal como lo hacíamos antes, pero sí sentir miradas del sexo opuesto (si igual es rico sentir que te miran) no por hacer el loco, sino solo por ser unas locas lindas.
Partimos a una fiesta en el centro, llegamos, miramos el ganado, nada interesante, solo rostros extraños, hombres con mucha personalidad y poco atractivo físico (todo entra por los ojos). Bailamos toda la noche, nos sacaron a bailar muchas veces, lo cual nos hizo sentir la raja, a pesar de que estamos próximas a los 30 aún nos sentimos bien evaluadas dentro de los púberes.
Nos sentimos guapas, lo pasamos increíble, copuchamos, nos reímos, pelamos y dejamos los pies en la pista de baile. A pesar que no salíamos hace 5 años juntas, fue como si el tiempo no hubiese pasado, seguimos iguales. Ahora sólo a esperar este fin de semana para ver a donde iremos!
jueves, 16 de agosto de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario