Por @kikasanchezg
Me imagino que todos han visto, sabido u oído acerca de Rachel Zoe, una de las productoras de moda más famosas alrededor del globo.
Tanto por sus colaboraciones con diseñadores (Judith Leiber), marcas (Gap, Piperlime), styling de celebridades varias (Cameron Díaz, Kim K, Anne Hathaway) y por qué no, por ser “rostro” (Samsung). Rachel destaca por ser una persona sumamente determinada, muy querida en el medio, pero por sobre todo obsesiva.
Está casada con Rodger Berman, pero su relación más intensa y estable es con su trabajo. Adora a sus amigos y familia, pero es capaz de matar por Chanel.
Siente una gran fascinación por las pasarelas, pero más le gustan esos cuerpos esqueléticos que desfilan por ellas.
Y bueno, este último punto ha sido siempre su arma de doble filo. Ya que si bien fue la responsable del favorable cambio de Nicole Richie, mutando de una raper-pokemona rebelde a una distinguida embajadora del estilo “Boho Chic”. También se le atribuye su anorexia galopante.
Y es que Rachel sólo tolera los excesos en el vestir… Te puedes ver bien con muchos accesorios y texturas, pero nunca con muchos gramos de más. Y ella es el testimonio viviente de su propio postulado.
Se dice que es la gran promotora de las pastillas anorexígenas de Hollywood, que sólo tiene clientes con “buena facha” y que si no es así los convierte en sus pequeños monstruos… modelos, actrices y famosillas varias han caído en esta sicosis del peso.
Fue incluso muy cuestionada por su terror a la maternidad, no solo por tener que poner su carrera en segundo plano, sino porque ella misma dudaba de la capacidad de su cuerpo de poder resistir a los cambios y a una nueva criatura. Finalmente tuvo a un hijo y todo salió como esperaba.
Sus coqueteos con la “delgada línea” roja genera opiniones tan potentes como antagónicas. Se le culpa por ser quien hace que las modelos coman moléculas para poder triunfar, pero al mismo tiempo se le atribuye el título de fashion icon, con un marcado sello y estilo atemporal, siempre sofisticadamente recargado.
Se dice que quien trabaja con ella termina desquiciado, anulado y absolutamente alienado. Sin embargo cada vez que se abre una vacante en RZ, reciben una avalancha de jóvenes postulantes que saben que pueden hacerse un nombre en el mundo de la moda si cuentan con la venia de Rachel.
Y a pesar de que muchos creen que su frivolidad no tiene límites, les resulta casi imposible perderse capítulo alguno de su reality show “The Rachel Zoe Proyect”
En fin la moda no incomoda, a quien pueda llevarla, claro… Y al margen de todos los juicios de valor que podamos tener respecto a su persona, el morbo nos supera. Y nos encanta su vida entre FW, Los Angeles, Nueva York, Red Carpets y Galas…
Nada que hacer, esa rubia debilidad absolutamente consumida por el fashion system, carente de carisma mediático y de escrúpulos a la hora de comprar, nos encanta!
viernes, 15 de junio de 2012
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