En Chile hemos tenido siempre un buen "hoyo" en cuanto a marcas nacionales instauradas se refiere, sobre todo si nos comparamos por ejemplo a nuestros vecinos argentinos donde marcas y tiendas bombardean al consumidor. Por aquí nos preferimos encerrar en un mall, entrar a una súper tienda con todo (la mayoría marcas internacionales o marcas propias que copian literalmente lo que hacen otras marcas afuera) generando un mercado basado en la copia y la falta de identidad.
Un gran punto que influye en este aspecto es que las personas que están a la cabeza de la mayoría de las grandes tiendas (y a su vez de sus marcas), en realidad que toman finalmente las decisiones, son Ingenieros Comerciales; profesionales a quienes les interesa mucho la venta y no así tanto el diseño.
Si pensamos en marcas nacionales instauradas, con más de una sucursal, potencial de exportación y un estilo ultra definido que mute con cada temporada sin perder su esencia, la verdad es que el panorama no es muy alentador... por años (en realidad hasta ahora) se ha privilegiado el plan de ventas y metas por sobre la dirección conceptual y creativa de la marca llegando al punto en el que estamos ahora: una muy pequeña industria real de moda nacional (no copias, ni diseñadores independientes que finalmente no han logrado generar una gran industria, por lo menos no a un nivel de producción más masiva o para internacionalizarse) y se ha formado a un consumidor acostumbrado a buscar la comodidad del "todo junto" (la comodidad MOL) que no invierte en nuevas propuestas y no se fideliza con más que el menor precio... es decir a un consumidor flojillo que no ayuda a potenciar una real marca "Made in Chile".
Casos como Jazmín Chebar, Paula Cahen D'Anvers, Rapsodia, Complot, Wanama, Agárrate Catalina, Ay not Dead (y podríamos seguiiiir) + todas las marcas internacionales que conocemos se han forjado en base a una personalidad propia, que si bien muchas veces toma las grandes tendencias instauradas por los principales diseñadores en las semanas de la moda mundial, las reinterpretan con la "visión de marca" manteniéndose fiel a su estilo sin perder vanguardia ni personalidad (esto se refleja en cada campaña publicitaria a su vez). La cosa es que eso se logra gracias a que hay un Director Creativo encargado de respaldar esto. Un Director Creativo (generalmente diseñador) que en conjunto con el ingeniero y otros profesionales arman el equipo a cargo de la imagen y venta... no SÓLO la venta, o no PRINCIPALMENTE la venta.
Si se quiere hacer marca se necesita creer en quién pueda armar conceptualmente una marca más allá de quién pueda velar por sus ventas. La moda no tiene alma ni espíritu si se basa en la copia, o si se privilegia un modelo siempre abaratando sus costos y detalles al máximo para tener una mayor rentabilidad. Eso genera simplemente venta. Genera un consumidor conformista y cómodo y mata una potencial industria de creatividad, diseño y vanguardia, como hasta ahora. Necesitamos que en la moda el diseñador tenga una importancia igual que el ingeniero y que la dirección de una tienda no se base simplemente en números... generemos industria desde aquí! están todos los elementos para hacerlo!
martes, 26 de junio de 2012
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