La semana pasada quedó un-tanto-la-cagada con el extracto del nuevo libro del escritor peruano Jaime Bayly.
Algunos se picaron, otros aplaudieron... a algunas chilenas incluso les cayó bien que nos piropearan entre medio de querer dejar en claro que también le caemos como el culo. Que le carga nuestra manera de ver las cosas, a nosotros mismos, a nuestros países vecinos... en fin, todo mal con nosotros para el personaje de su libro, que en realidad es él.
Pues bien, a mi me produjo cierta atracción el texto de Bayly... no porque, aunque sí, me parezcan ciertas varias de las cosas que plantea, sino por la naturalidad y forma deshinibida en la que las dice, sabiendo que va a dejar la caga'... bueno y porque no? (además de una buena estrategia publicitaria).
En general no estamos acostumbrados a decir todo a la cara. Mirar a los ojos y explayarnos en lo que pensamos o sentimos... menos si vamos a contrariar algo de lo que se está exponiendo. Sí, nos es muy fácil decírselo al de al lado (ojalá que no haya escuchado!!!). Pero sacarse las cosas del pecho y expresar un sorry, pero no... sorry, pero me caes como el hoyo (jaja), creo q no está tanto en el inventario.
Que sensación placentera el decir sin remordimientos lo que realmente queremos decir. Sin guardar. Sin tapujos. Sin represiones (que vienen de nosotros mismos)... bien no?... como se va a sentir mal una acción que es tan natural como bañarse.
EXPRESAR, nuestras opiniones (aunque se nos tiren encima como yeguas) debiera ser parte del trato. ESCUCHAR las opiniones también. Ahora, intentar ser directos sin ánimo de ofender es donde se encuentra el límite más difícil... ese que en general no sabemos medir, y que muchas veces frustra para un lado o el otro nuestras intenciones de libertad de expresión...
Aunque Bayly si fue un tanto ofensivo, me refrescó su mirada y sinceridad. Me sorprendió su motivación. Me cautivó su frontalidad, que deja entrever su propia personalidad llena de esos matices que tanto nos desprecia.
Lo que más me encantó del texto es la reflexión que me quedó en la cabeza sobre ser directos y más transparentes, aunque signifique no ser tan simpáticos a veces.
Las cartas sobre la mesa ya? que con tramposos mejor no jugar...
jueves, 3 de marzo de 2011
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