Por Úrsula Izquierdo
Úrsula antigua: Hola Úrsula. ¿Me gustaría saber cómo empezaste con el Yoga?
Úrsula nueva: Como conté en la columna anterior, mi primer acercamiento fue a través de mi abuela, quien fue instructora de Yoga durante 40 años. Desde niña pude darme cuenta que el Yoga le hacía bien a las personas, que era sanador y transformador.
Úrsula antigua: ¿Y cuándo empezaste tú a practicar esta disciplina? Yo me acuerdo que comencé hace 12 años, pero no era constante con la práctica…
Úrsula nueva: Es verdad, tú comenzaste con el Yoga apenas empezaste a trabajar en publicidad. Te diste cuenta que necesitabas hacer algo paralelo que redujera un poco los niveles de estrés que tu pega implicaba, y elegiste el Yoga porque era una disciplina que hacía un trabajo tanto exterior como interior.
Úrsula antigua: Lo elegí intuitivamente. ¿Interior te refieres a emocional?
Úrsula nueva: A emocional, mental y espiritual. Todo eso está en nuestro interior, por lo menos así lo sentimos.
Úrsula antigua: ¿Y cómo has visto ese trabajo reflejado en ti? Tú siempre has sido tan sensible y emocional…
Úrsula nueva: Permíteme hacerte una pequeña corrección. Tú fuiste siempre muy emocional -por decirlo de alguna forma- no yo. Lo que pasa es que antes llevabas tus emociones hacia los polos, y eran siempre de gran intensidad. Siempre. Aunque la situación no lo ameritara. Eso no significa que hoy no tenga emociones, significa que ahora se expresan en la medida y en concordancia con la situación o el hecho que gatilla la emoción. Y el Yoga ayuda mucho en eso.
Úrsula antigua: ¿Me encontrabas alharaca?
Úrsula nueva: Un poco. Me parece que sobre reaccionabas muy fácilmente por cosas pequeñas. Y eso te trajo problemas: en las relaciones, en el trabajo, y sobre todo en la relación contigo misma…¿te acuerdas?
Úrsula antigua: Sí…
Úrsula nueva: Mis emociones fluyen con más armonía, y trato que jueguen a mi favor. A esto me refiero que cuando me invade una emoción (buena o mala), me permito sentirla y reflexionar de dónde viene y porqué apareció. Cuando digo de dónde viene obviamente no me refiero a la situación que la gatilló, sino a lo que hay detrás de esa situación: dolores, traumas, patrones, herencias, etc., que generalmente se repiten.
Úrsula antigua: ¿Y tu mente cómo está? Porque la mía no para.
Úrsula nueva: Mejor, un poco menos dispersa y más positiva, pero aún tengo mucho trabajo por hacer con ella.
Úrsula antigua: ¿Y tú espíritu?
Úrsula nueva: Muy tranquilo…la mayor parte del tiempo.
Úrsula antigua: Úrsula, gracias por compartir tu camino con todos nosotros.
Úrsula nueva: Gracias a ti. Sin ti no lo habría hecho.
Esta fue una entrevista hecha por la Úrsula de hace 10 años a la Úrsula actual.
viernes, 15 de octubre de 2010
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