Ya tengo 30 años. De hecho voy en poco a los 31, y aunque no me siento de 30 (igual quien sabe realmente lo que es sentirse de alguna edad), hay varios detalles, muchas veces microscópicos que me remarcan diariamente que el tiempo pasa. Si, pasa corazón.
Las arrugitas (seamos amables con nosotras mismas, siempre!), en esta instancia finas, primerizas y meros detalles (aunque arrugas! hasta ahí me llegó la amabilidad), son patentes indicadoras de que la piel ya no es la misma (horror mirarnos en ciertos espejos con cierta luz... ouch!), y si, quizás hace rato varias se cuidaban de los fantasmas surcados, las cremas son ahora para TODAS las nuevas compañeras de belleza.
Desde hace unos 3 años que uso bloqueador todos los días, sin falta, factor 30, pero hace sólo 1 1/2 que LA crema es muy protagonista. Ahora que crema usar... una nueva misión a descrubrir. En la misión me topé con una que realmente robó mi atención y se ha merecido tener su puesto hace varios meses: Active C de La Roche Posay, un corrector dermatológico para las arrugas, concentradísimo de Vitamina C (que huele a vitamina), ultra ligero y con una punta perfecta para apuntar a las líneas que más nos molestan.
Hay muchas cremas en el mercado, y con distintas propiedades como fillers, con ácido hialurónico, colágeno, para contorno de ojos, etc. pero si están indecisas, y aún no saben bien para donde tirar, este es un excelente dato a probar, si no les convence siguen pololeando con otras, lo importante es tener!
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