He notado como las personas escapan a los enfrentamientos... ese preferir salir por la puertita de atrás, omitir, mantener silencio, aguantar, todo por saltarse el intenso momento de hablar o hacer las cosas como son y queremos que sean.
Vivo (o intento) de la manera opuesta, y obvio que por lo mismo he tenido varias situaciones de tensión al tener que mirar a los ojos y plantear lo que NO me gusta o embarcarme de la nada en algo nuevo y dejar lo que ya tenía. Ese nerviosismo raro antes de llegar al momento, el agudo minuto de hacer y el incierto final que puede ser para mejor o peor, pero igual las cosas no quedan y ese es el premio.
Hay mucho miedo al cambio, salir de la comodidad de lo conocido y marcar un antes y un después en alguna situación... y qué!!? nada va a estar peor que antes de plantear algo que no nos gusta y nada va a mejorar si no lo hacemos. Creo que el kabum de ser sinceros con nosotros mismos y con los demás y vivir desde lo que realmente queremos vivir es la mejor sensación del mundo... no digo andar peleando con todos por simplemente no saber ajustarnos a la realidad, si no que agarrar lo que queremos y usar todas las herramientas para alcanzarlo, entre ellas el valor y la transparencia.
Hagamos catarsis y encaremos sin miedo... como escribí la otra vez, el que se atreve y los que lo miran (hay que a t r e v e r s e!).
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