Hace demasiado tiempo que no iba a un mall. Casi muero del horror. Se me vino a la cabeza una imagen quizá un poco tétrica, de pronto vi a toda esa gente atochada frente a una vitrina como perros sedientos jadeando por un pedazo de carne... (ojala fuera carne! pensé)

Siempre que se acerca la navidad vuelve este pensamiento recurrente; el consumo irracional. Va mucho más allá de una cuestión de creencias, es el análisis del comportamiento de nosotros frente a esta avalancha de ofertas de miles y miles de objetos y sensaciones, que a mi personalmente me parece un poco absurdo, casi burlesco. Es que acaso hoy en día alguien aún puede creer que las emociones se compran? Insólito. Como dice mi suegro, "ya no basta con tener cable porque si no tienes cable premium no puedes ver ningún partido".


Por muy repetido que suene, el tiempo, un abrazo y un beso sentido vale más que todo lo que pensamos regalar.
La adoré!!!!! me encantó la nota, gracias por la recomendación, siempre lo he pensado así, pero nunca esta demás tenerlo más que presente.
ResponderEliminar:)
Hugo.
Yeap... regalos una tradición que se volvió demasiado materialista y poco sensible. Por una navidad real!!
ResponderEliminar