Para mi colección de otoño me inspiré en un cuadro de la ciudad mirado desde varios ángulos que para mi representa mediante la arquitectura y dimensión de las obras frente a la superficie, un aspecto muy actual en que crecen las ciudades hoy.Son grandes y altos edificios cubiertos casi en su totalidad por vidrios, de una arquitectura moderna, estilizada, con espacios innovadores en que la creatividad y libertad del autor están a la vista. Me atraen mucho y me sorprende el porque están en un espacio de suelo tan reducido, que es difícil apreciar sin detenerse a ver lo que exponen cada una de éstas obras.
Al pensar en ese aspecto del conjunto de obras se me viene al cuerpo una sensación de estrechez, porque siento que es intervenir un entorno donde realmente no hay espacio, y sin embargo emergen estas torres imponentes que me hacen pensar en egoísmo, en protección y defensa, en esa actitud independiente un poco distante de las personas. Es como que la arquitectura hablara de una
personalidad.
Habla de saturación.
En aspectos más técnicos para mi colección rescato los colores de este cuadro, que son la gama de el gris, azul, verdes y toques de rojo y naranjo, que aparecen cuando el sol hace juego de luces con los vidrios. El brillo y reflejo de los vidrios aparecen en detalles de las prendas dado por lentejuelas, y el brillo natural de la tela.
Diría que la silueta es una silueta vertical, desde el diseño de las prendas, textil y de detalles que tienden a alargar la silueta femenina. Esta silueta habla también de la actitud potente, distinguida, independiente, tiene algo de arribista.
La saturación se refleja en el tratamiento textil de los detalles.
Utilicé mezclilla, gasas de seda y shangtun.
Es una colección súper actual que refleja lo que pienso y siento en este momento sobre la intervención, el crecimiento de las urbes y el cómo lo hacen. Es una propuesta a una saturación armónica.
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