Será amor, sabes tú
lo que siento será amor
será amor lo que me lleva hacia ti
mágicos momentos
flotando en un mar azul.

No sé si fuel el pasado 14 de febrero y todo lo que San Valentín conlleva. O bien, el verano y esto de andar más ligera de ropa…
Quizás sólo el hecho de que en esta época nos cambia el biorritmo y estamos con mejor actitud lo que me hace reflexionar sobre este bello concepto definido de tantas y tan variadas formas.
Yo lo definiría como una tendencia anacrónica, fuente de inspiración constante y recurso universal que ha sabido traspasar culturas, fronteras, géneros, soportes y estilos, a través de colecciones, estampados, marcas, perfumes, e incluso bicicletas.
Nadando en el ciber espacio me encontré con creativas formas de expresión.


Corazón de Sandía dejó de ser una canción hip hop para convertirse en realidad. En Japón se convirtieron en el “must” de los regalos del día de los enamorados! Para lograrlo, plantaron semillas en recipientes con forma de corazón, haciendo así que el amor “tome consistencia” en un plazo no menor a tres años; y a un precio aproximado de 160 dólares. Si eso cuesta y tarda el amor, pues yo quiero un poco!

Más que “Head Over Heels” yo diría que estamos “Heart Over Heels”. Para lucir el amor de pies a cabeza encontré variados exponentes. Partamos por zapatos y estas originales formas de pedirle al amor altura de miras. Marc Jacobs, Alexander McQueen y Vivienne Westwood, son solo algunos ejemplos de quienes se aventuraron a jugar con corazones y pies, texturas y formas, haciendo de cada paso un latido.



Tengo la corazonada de que el amor está y siempre estará de moda, en todos sus formatos y colores, permitiéndonos vivirlo, vestirlo, olerlo y por supuesto, comerlo.
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