Una de las cosas más difíciles de hacer es aceptar una equivocación... decir sip, lo lamento, la cagué... lo peor o no? pero aunque nos cueste un mundo agachar el moño y con valentía admitir un error, es a la vez la sensación y la forma de actuar más real y fiel a lo que somos, vencibles.
El conocer a una persona que te escucha y te deja hablar. Que te aconseja desde el alma con sentimientos desligados completamente a la envidia o al egocentrismo (puta que recibimos consejos Yoístas) y que te juzga con la vara específica de tu vida, sin comparaciones lateras. Pues bien, de seguro una persona así es de las que queremos tener al lado y hacer formar parte de nuestras vidas... mis mejores amigas obviamente son así... ahora que además conozcamos a alguien que sea capaz de reconocer cuando algo realmente no lo hizo de la mejor manera... BINGO! no te despegues de ahíiiiii!!!
Conocemos tantas perspectivas en la jungla social. Tantas opiniones, críticas, retos, instrucciones que vuelan y vuelan de boca a orejas sin parar los 365 días del año y tan poquitas demostraciones tangibles de nuestra humanidad llena de equivocaciones (como aciertos)... que tanto nos cuesta desprendernos de este traje de quienes somos ante los demás para abrirnos a decir sip, tienes razón, no sé todo, no lo hice bien, sorry...
Tan pequeño es el gesto y tan grande lo que nos nutre que porque no hacerlo siempre.
No nutramos el ego, nutramos la creatividad... este fin de semana me lo demostró así...
lunes, 21 de febrero de 2011
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100% de acuerdo! Creo que haremos un club de personas aterrizadas, porque a veces se extrañan y echan de menos.
ResponderEliminarUn abrazo!
Siiii, un club de personas a quienes les interese nutrir tanto el interior como el exterior... sin eso no somos nada!
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