Para mi existen 2 tipos de locura, la que te hace bien y la que te hace mal. Cualquier persona en su vida puede experimentar o haber experimentado ambos tipos de locura. Como yo.
La primera es la locura que te puede llegar a producir el trabajar durante más de 12 años en publicidad. No estoy diciendo que todas las personas que trabajan en publicidad estén locas, pero si eres de los más sensibles –mi caso- no es difícil entonces percibir toda la energía que esa profesión y ambiente emanan.

Esta energía no es la que precisamente está mas cerca de la Verdad. Y con Verdad me refiero a lo que realmente somos en esencia los seres humanos: amor y felicidad. Y eso se encuentra solamente dentro de nosotros. No en las grandes tiendas ni en las automotoras.
Como les conté antes, yo llevaba varios años emitiendo un mensaje que no está de acuerdo con mi esencia (ni la de nadie). En el fondo lo sabía, pero yo también caí en la trampa: compré todos los mensajes que yo misma creaba. “Con este MBA alcanzarás el éxito antes de los 30” “La verdadera independencia está en la casa de tus sueños” o “Sin estas zapatillas no la llevas”. (En fome, claro).

Bueno, a eso sumémosle el estrés de los timings de entrega de cada campaña, las largas jornadas y la mala alimentación. Todo esto terminó en una depresión que fue gatillada cuando nació mi hija. O sea, tuve una depresión post parto del terror que duró nada menos que 2 años.
Pero tenía que salir de este estado de locura. Y para eso, elegí un camino que me ayudara a fortalecerme y a construir una nueva vida. Lo primero que hice fue renunciar a mi pega, carrera, profesión, sueldo, isapre, AFP etc. Todo lo que creía que me daba seguridad. Fue una decisión dificilísima.
Lo segundo fue agarrarme con uñas y dientes de un disciplina que llevaba 12 años practicando, pero que aún no se había convertido en mi gran herramienta de vida: el Yoga. Santa Yoga. Me sacó del estado de locura en el que estaba (la locura mala), para llevarme a mi nuevo estado de locura (la locura buena).

Pero les digo algo, nunca en mi vida me había sentido mejor que sufriendo de este tipo de locura. Aunque suene raro, es una locura que me hace sentir en paz, más libre y en armonía. Una locura que me ha ayudado a despertar y empezar a ver la verdad de la vida.

En la próxima columna quiero contarles más sobre mi experiencia con el Yoga, cómo esta disciplina me ayudó a tomar la decisión de renunciar y los beneficios que he recibido de ella a nivel físico, emocional, mental y espiritual.
Me encanta tu honestidad.
ResponderEliminar