miércoles, 21 de noviembre de 2012

Dolor de corazón


Por @danischiaffino


He intentado tener una mente de hombre… no porque quiera, sino porque experiencias pasadas me han enseñado a protegerme al máximo para no sufrir, he trabajado bastante en eso, pero me llegó el hombre que pensé perfecto y en 2 segundos perdí todo el trabajo mental desarrollado por años.

Soy deslenguada y sin filtro, me encanta reír, tengo poco o nada miedo al ridículo y me gusta disfrutar todo lo que la vida me entrega. 

Soy intensa y apasionada.

Siempre había querido conocer a un hombre que tuviera más personalidad que yo, un hombre que me atrapara con el humor… este personaje lo hizo así.

Lo conocí una noche, lo vi y me gustó, sin preguntarme el nombre me dijo que nos fuéramos de la fiesta… no accedí, nos quedamos bailando y luego conversamos hasta las 7a.m.

Los días siguientes me llamó para invitarme a salir, después de 4 días salimos a comer.  Había sido mi cumpleaños recién. Me encantó que él pidiera lo que íbamos a comer y lo que me llevó a caer rendida fue cuando se apagaron las luces del lugar y me cantó cumpleaños feliz junto a un pastel, una velita y todo el personal del restaurant.

Ese día nos besamos por primera vez… los días siguientes fueron bellos, llamados por teléfono, mensajes tiernos y todo comenzó a fluir. Yo me sentía flotando, con mi mente en las nubes, mariposas en el estómago y una sonrisa que era imposible sacármela de la cara.

Pero el príncipe azul no existe y empezó a mostrar lo que yo no quería ver, su pasión por la vida nocturna y tomar hasta que uno ya no responde por sus actos… yo no tomo, pero no me molesta estar con alguien que sí y se ponga chistoso, pero hay límites.

Esto comenzó a traerme inseguridades, cada vez que salíamos por separado tenía una preocupación constante y no disfrutaba el momento que estaba viviendo… no me gusta sentirme así! por lo que me di cuenta que no era para mí, pero así y todo lo quería (ay ese masoquismo femenino!).

Sin saber que pasó, él se alejó sin darme señales; mientras yo corría por praderas de nubes cantando, él ya estaba con las zapatillas puestas para correr a otra parte!

No lo he visto ni hemos hablado, pero sigue en mi mente constantemente.

Una vez más elegí al pastel en vez de al hombre bueno… a porrazos se aprende, ahora sólo quiero que pase el tiempo y olvidarlo rápido.

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