
Tanto por sus colaboraciones con diseñadores (Judith Leiber), marcas (Gap, Piperlime), styling de celebridades varias (Cameron Díaz, Kim K, Anne Hathaway) y por qué no, por ser “rostro” (Samsung). Rachel destaca por ser una persona sumamente determinada, muy querida en el medio, pero por sobre todo obsesiva.
Está casada con Rodger Berman, pero su relación más intensa y estable es con su trabajo. Adora a sus amigos y familia, pero es capaz de matar por Chanel.
Siente una gran fascinación por las pasarelas, pero más le gustan esos cuerpos esqueléticos que desfilan por ellas.

Y es que Rachel sólo tolera los excesos en el vestir… Te puedes ver bien con muchos accesorios y texturas, pero nunca con muchos gramos de más. Y ella es el testimonio viviente de su propio postulado.

Fue incluso muy cuestionada por su terror a la maternidad, no solo por tener que poner su carrera en segundo plano, sino porque ella misma dudaba de la capacidad de su cuerpo de poder resistir a los cambios y a una nueva criatura. Finalmente tuvo a un hijo y todo salió como esperaba.

Se dice que quien trabaja con ella termina desquiciado, anulado y absolutamente alienado. Sin embargo cada vez que se abre una vacante en RZ, reciben una avalancha de jóvenes postulantes que saben que pueden hacerse un nombre en el mundo de la moda si cuentan con la venia de Rachel.
Y a pesar de que muchos creen que su frivolidad no tiene límites, les resulta casi imposible perderse capítulo alguno de su reality show “The Rachel Zoe Proyect”

Nada que hacer, esa rubia debilidad absolutamente consumida por el fashion system, carente de carisma mediático y de escrúpulos a la hora de comprar, nos encanta!
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