Por @danischiaffino
¡Ya! Definitivamente soy una enamorada del
amor, siiii lo admito.
Después de mi última choreza, de dármelas
de la mina dura, indiferente, la que aguanta todo y que finalmente me dejó llorando como mujer despechada manejando, cual teleserie chula, decidí y
me prometí nunca más dármelas de algo que no soy.
Me propuse estar sola y tranquila hasta que la
vida me cruzara con un hombre bien. Alguien que de verdad cumpliera todos los
requisitos que quiero… (Solo quererme tal cual soy, no pido más... bueno, sólo unas cuantas cositas, pequeñas, nada complejo... creo).
Llevaba 2 semanitas tranquila, juntándome
con amigas, comidas ricas, cine y bailongo.
El jueves pasado, mi hermano llegaba de su
viaje, yo no soy de las minas que sale en la semana, simplemente porque el
cuerpo ya no me da. Pero como llegaba a una hora “prudente” (2a.m.) decidí salir
para hacer hora.
Me junte con una amiga y después de comer
juntas le comenté de una fiesta y terminamos saliendo. En eso mi hermano me
manda un mensaje para decirme que llegará a las 4 a.m., su vuelo estaba
retrasado… ok, le dije que iba a hacer el intento.
Llegamos a la fiesta, bailamos, gente buena
onda, muchos conocidos y en eso me dice “ahhh viene mi amigooo con un amigooo”,
ya un poco cansada a esas alturas, decidí esperar a que llegaran y me iba a acostar.
Entonces llega su amigo, miro hacia al lado
y su amigo me encantó (ay!), cruzamos miradas y nos saludamos. Con mi amiga seguimos
bailando hasta que se acerca.
Cuento corto, conversamos y bailamos hasta
las 4 a.m., no podía creerlo, me dolía la guata. Salimos y me pidió mi número, a
lo que accedí de forma inmediata.
Al otro día me escribe temprano y nos
juntamos el viernes, conversamos de todo, nos reímos ¡al fin era yo! hablando
sin filtro, relajada, sin expectativas de nada, solo conociéndonos. Lo miraba y
en silencio le agradecía a mi papá al cielo, a quién muchas veces le rogaba que
no me cruzará con más pasteles en mi vida, que no quería sufrir ni llorar más.
Que me enviara un hombre tranquilo, tierno, atento, compresivo y que me
quisiera.
Ya cuando me iba, nos besamos, mi guata
explotaba con mariposas ¡no quería dejarlo! No fue un agarre grotesco ni
calentón… fueron besos tiernos y suaves.
Los días siguientes exquisitos, salimos a
bailar, conoció a mis amigas, con sus tallas fuertes, todo el tiempo
cariñoso… yo me sentía tranquila y volando por las nubes.
El Domingo regaloneo, siesta y
conociéndonos más…
Aún no puedo creerlo, hablamos todos los
días, para que les cuento la cara de cumpleaños constante con la que ando.
Ya tenemos planes para el fin de semana
largo, lo miro y me encanta entero, por primera vez, no hay nada que quisiera
cambiarle.
Estoy disfrutando este momento, soy 100%
yo… por primera vez bajé la guardia y me estoy dejando querer y al mismo tiempo
soy una tierna, lo abrazo sin miedo, dejé los miedos e incertidumbres de
lado.
Perdí el miedo al compromiso que siempre he tenido, no ando con ansiedad
de nada, estoy plena y en paz.
Lo que pase de aquí en adelante es
incierto, lo único cierto es que en este momento estoy feliz y tranquila.
Viviendo el ahora, ya después se sabrá el rumbo que tomará esto, que sin duda será
el correcto y lo mejor para mí.
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