Por @danischiaffino
Siempre cuando contamos “algo” y ese “algo”
sabemos en nuestro interior, que no es lo correcto, no queremos que nuestras
amigas nos aconsejen o nos critiquen, simplemente queremos que nos escuchen.
NO estamos buscando un juez, por lo mismo
se lo contamos a una gran amiga, que tengan la capacidad de sentarse frente a
una, tomarse unas copas, fumarse sus puchos y listo.
Si lloro que me abrace, si me río que se
ría conmigo, si quiero estar en silencio, que esté a mi lado en caso de que me
baje la tristeza…
En nuestro interior sabemos lo que está bien, pero hacer caso a ese interior muchas veces está complicado, es un paso que tal vez no queremos dar por miedo a perder lo que tenemos seguro,
perder algo que para los demás es nada, pero que para uno es todo.
Ese nada para otra persona, quizás consume el 90%
de nuestros sueños y pensamientos…
No hay nada más sabio que nuestro reloj
interno, lo mencioné en otra columna, para saber cuando realmente
es tiempo de parar, cambiar, seguir nuestro camino y no mirar más para atrás.
Y como todas las mujeres guardamos y
guardamos nuestros sentimientos bajo 7 llaves, al fin cuando somos capaces de
soltar un poquito, necesitamos apoyo, necesitamos que nos ayuden a ver el lado
positivo de todo.
Ya nos basta con Don Juez interno, que
muchas veces nos dice que somos unas idiotas, que no sigamos, pero como somos
porfiadas y todo lo que NO se debe hacer lo hacemos, seguimos porque una
pequeña parte de nosotras cree que todo puede cambiar para bien.
Lo bueno de nosotras y de nuestro
sentimentalismo, es que somos capaces de sacar enseñanzas de todo, tenemos una
facultad increíble para poder ver finalmente algo positivo hasta en lo más malo y
terrible.
Somos el sexo fuerte, aunque nos denominen las débiles. Nuestro umbral
del dolor es enorme, la capacidad de aguante es increíble.
Entre mujeres no debemos juzgarnos, debemos
contenernos, eso es lo que queremos!
Todas al final del día nos necesitamos, las
amigas incondicionales, esas que dejan todo si te escuchan con la voz rara. Por
más que les digamos “No importa estoy bien” ellas saben lo que realmente
sentimos, saben que por dentro estamos gritando ¡AYUDA!.
Así es que amigas todas, aprendamos a
escucharnos y solidarizar con la otra. Un día le va a tocar a una la necesidad
de un par de oídos, ojos tiernos y ya.
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