Por @danischiaffino
La semana pasada no escribí, llegó el
momento que estaba tratando de evitar, el momento que sabía que llegaría pronto
pero que no quería pensar, mi Memé partió su gran viaje, a sus 87 años su
corazón no resistió y dejó de latir.
Todos tenemos nuestros abuelos que nos
malcrían, que nos dan chocolates y comidas prohibidas mientras estamos bajo su
cuidado. Sabemos que cuando entramos a su hogar, tenemos chipe libre para
jugar. Pero mi Memé era mucho más que eso, era una abuela taquilla, siempre
maquillada, siempre con su pelo blanco perfecto, hasta el último día usó tacos!
Fui creciendo y ella siempre nos inculcó el
domingo familiar, pese a que el día anterior hayamos tenido un carrete
terrorífico con una caña infernal, todos llegábamos a tan ansiado almuerzo.
Siempre esperándonos con un rico picoteo y su famoso pisco sour, nos reuníamos
todos en su casa. Siempre lo pasábamos bien, eran conversaciones con ataques de
risa, un menú exquisito y la mejor compañía.
Con ella tenía una conexión especial,
éramos tan parecidas, las dos siempre preocupadas de vernos bien, nos hacíamos
las uñas juntas, me probaba sus joyas, llevábamos sus cajitas de maquillaje a
la terraza y nos arreglábamos para estar bellas para el almuerzo.
En cada reunión social daba un discurso y
siempre cantaba… tenía una voz maravillosa, con los años la fue perdiendo, pero
para mí siempre fue la mejor.
Ya adolecente hablábamos de todo, siempre
terminábamos hablando de sexo, no tenía filtro, le contaba todo, hasta la primera
vez que tuve relaciones, le conté a ella antes que a nadie. Nos reíamos hasta
llorar de las cochinadas y picanterías que éramos capaces de hablar.
Luego entré a trabajar y me escapaba a
almorzar con ella, siempre me esperaba en la terraza, arreglada y con su
sonrisa inolvidable. Con los años su cuerpo ya no era el mismo, pasó por varias
operaciones por lo que muchos dolores se apoderaron de él, cada vez caminaba
menos, pero así y todo se daba el ánimo
para juntarnos a todos.
Yo le seguía haciendo las uñas, le tomaba
la mano y me acercaba a su pecho para que se le hiciera más fácil hacerme
cariño en la cabeza. Siempre con cuidado ya que todo le dolía…
Durante el último tiempo hablábamos bien
seguido de la muerte, de lo que quería y siempre me pidió que por favor la
maquillara para que cuando la vieran en el cajón estuviera linda. Que si no lo
hacía me vendría a tirar las patas…
Llegó el momento, pensé que estaba
preparada, ya que es la ley de la vida, por lo que hace un tiempo me estaba
mentalizando en aceptar el día de su partida y que todo iba a estar bien… pero
no fue así, el llamado telefónico, manejar a 140 km para llegar pronto, la
angustia y finalmente escuchar la noticia… corrí a abrazarla y lloré a gritos,
se me había ido mi Memé, mi amiga, mi partner, mi compañera de almuerzos… y
mucho más.
Hice todo lo que me pidió, no sé cómo, pero
saqué fuerzas para maquillarla, la deje hermosa, su cara bella y en paz.
Estuve todo el día en su responso y luego
para la ceremonia de despedida final, abrí la ceremonia con unas palabras para
ella, para despedirla como se merecía.
Se fue y yo me quedé, ahora en paz, feliz
por haberla tenido, aún sigo llorando pero la llevo conmigo a todas partes,
ahora tengo un nuevo angelito cuidándome.
Una vez más le deseo un buen viaje y que me
esperé lista para cuando me toque a mí.
Solo les puedo decir que aprovechen a
concho a las personitas que aman, díganle lo que sienten, no se queden con nada
dentro, nunca sabemos cuando ya no los tendremos más con nosotros.
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